Automocrísis (Parte II)
Por Antonio Di Tommaso
La situación de las fábricas automotrices en Argentina está sufriendo la
mayor crisis en los últimos 10 años. Analizamos la división de trabajos
Actualmente Argentina es uno de los
principales productores de automóviles de la región, pero como hemos visto,
desde el fenómeno del “aumentazo” (devaluación + impuestazo), los precios de
los vehículos 0KM aumentaron, en algunos casos, hasta un 80%, dependiendo de su
valor previo a esta medida tomada por el gobierno.
Esta
acción no logro su cometido, sino que parece ser que al gobierno le salió el
disparo por la culata: las ventas se desplomaron (se declararon bajas de un
90,1% en las conocidas como “marcas de lujo), algunas empresas de larga
trayectoria en suelo nacional decidieron abandonar el mercado (es el caso de la
española SEAT) y otras empresas con fábricas radicadas en territorio argentino
se vieron forzadas a tomar medidas sobre sus empleados, generando despidos
masivos o suspensiones.
Más
allá de todo, las manufactureras radicadas en nuestro país se encuentran a la
vanguardia de la tecnología, cumpliendo estándares muy rigurosos debido a que
la mayoría de los productos fabricados en Argentina son destinados a la
exportación, abasteciendo no solo a Latinoamérica, sino también a zonas como
África y algunos países europeos.
Estas
filiales se basan en antiguas ideas formuladas por los más sabios economistas y
filósofos que hubieron en el mundo, como puede ser el caso de Karl Marx (1818 –
1883). Este planteó que los talleres artesanales, en los que la división de
trabajos era mínima, y en el mejor de los casos tenian unos vastos 5 empleados
que conocían el ciclo de producción de comienzo a fin, formaban parte de un
modelo antiguo. En cambio, los talleres integrados modernos transformaron lo
que era la división de trabajo hasta el momento: las maquinarias tomaron el
lugar de los obreros, los cuales ya no necesitaban una gran habilidad para
realiza una actividad determinada. A causa de esto se generó una gran
competitividad por ocupar los mismos puestos de trabajo.
Otro pensador en el cual las
empresas basan su organización, es en el alemán Max Weber (1864 – 1920), quien,
a pesar de las ideas de Smith y Marx que decían que la división de trabajo es
netamente industrial, sostenía que había una tercera aproximación a esta
cuestión relacionada con el trabajo improductivo: la burocracia.
Este
entendió que la forma más eficiente de la división de trabajo era la
burocracia: una organización que se encargue de mantener funcionando
correctamente la maquina impulsada por los obreros productivos, reduciendo los
tiempos al mínimo posible e incrementando la producción al máximo.
Es por eso que debemos
mantener la maquina de nuestro pais funcionando, para no parar de avanzar.
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